
¿Vale la pena ahorrar energía si “todo va bien”? Hay enormes reservas de petróleo y gas, importantes centrales hidroeléctricas y muchos reactores nucleares. ¿Realmente no es suficiente? Es suficiente, pero aún necesitas ahorrar, porque...
El Día Internacional del Ahorro de Energía se estableció hace relativamente poco tiempo, el 11 de noviembre de 2008. El iniciador de la festividad fue la red ambiental "Proyecto escolar sobre el uso de recursos y energía".
Parecería que a los niños se les han ocurrido unas vacaciones, que se diviertan, a los adultos no les importa. De hecho, la festividad no fue inventada por niños, sino por adultos y personas responsables que se preocupan por el destino de la humanidad y el planeta.
Desafortunadamente, no todos vemos la necesidad de ahorrar energía, por eso es muy importante que el iniciador del Día del Ahorro de Energía sea un proyecto escolar. Si los niños entienden por qué ahorrar energía, en el futuro no tendrán que convencer a los adultos de la importancia de cuidar los recursos.
Y sin embargo, ¿por qué? ¿Qué nos aporta el ahorro de energía?
1. dinero
Todo es sencillo con el dinero. Gastamos menos energía, pagamos menos por ella. Quizás alguien haga una mueca de desprecio: “¡Aquí, contando cantidades escasas!” Pero este es sólo uno de los beneficios del ahorro de energía.
2. Comodidad
Una parte importante del gasto energético se gasta en mantener una temperatura agradable en casa y en la oficina. En invierno - para calefacción, en verano - para aire acondicionado.
Un sistema climático correctamente configurado no sólo utiliza la energía de manera eficiente, sino que también mantiene un “clima agradable” en la casa. En invierno nadie se congela, en verano nadie languidece por la congestión.
3. Naturaleza
La proporción de fuentes renovables “verdes” en la producción mundial de energía aumenta constantemente. Pero los volúmenes de energía “limpia” no igualarán pronto a los que obtenemos al quemar gas, carbón y productos derivados del petróleo.
Al quemar hidrocarburos, emitimos a la atmósfera una gran cantidad de sustancias nocivas para todos los seres vivos, que sufren no solo nosotros, sino también nuestros animales, ríos, bosques y lagos.
Cuanta menos energía utilicemos, menos suciedad llega a la naturaleza, mejor será nuestra salud, más frondosos nuestros bosques y más limpias nuestras aguas. Lo más frecuente es que nuestros hijos puedan ver un conejo, una cigüeña o un corzo no a través de los barrotes de un zoológico, sino en un sendero del bosque, por la ventanilla de un tren o de un coche.
4. Clima
No pasa un día sin que los medios de comunicación informen sobre un nuevo huracán, una ola de calor catastrófica, una inundación o una sequía. Los científicos culpan de esto al calentamiento global y lo asocian con un aumento en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera del planeta.
Uno de los contaminantes más poderosos de la atmósfera con dióxido de carbono es la energía. Al reducir el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, podemos detener los procesos climáticos negativos.
Dejemos que los escépticos argumenten que en realidad no se ha demostrado nada, que es posible que el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero no sea una causa, sino una consecuencia del calentamiento. ¿Es esta una razón para rechazar algo que puede dañar nuestro planeta? ¿Es demasiado peligroso esperar una confirmación fiable? ¿Quién los esperará y quién los necesitará si se pasa el punto de no retorno? Ciertamente no nosotros ni nosotros.
5. Economía y tecnología
Cuanto menores sean los costos de energía para la producción, menor será su precio, mayor será la competitividad de nuestros productos y más eficiente será la economía.
El consumo eficiente de energía estimula el pensamiento científico y el desarrollo de tecnologías modernas. ¿Alguien recuerda cuando los automóviles estadounidenses dejaron de bombear gasolina a las carreteras? Después de la primera crisis energética en 1973.
Las últimas tecnologías proporcionan liderazgo tecnológico, hacen que los productos sean aún más competitivos y aumentan la seguridad económica y militar del país.
6. Niños
Todos trabajamos, nos divertimos, discutimos sobre política y ascendemos profesionalmente. Pero vivimos por el bien de nuestros hijos, ¿no?
Cuanto menos utilicemos los recursos del planeta, más quedará para nuestros hijos y nietos. ¿No merece la pena ahorrar energía sólo por esto?


























